Dialecto
No finjamos más,
ni me entiendes, ni te entiendo.
Repetimos las ideas seguido,
y traducimos con los sentimientos.
Si ya conversa nuestra piel,
¿por qué no en un nuevo dialecto?
Uno que abarque lo que sentimos,
en alma, en cuerpo.
Uno sin malentendidos, siempre correcto;
y con palabras justas con tu esencia,
que crezcan como lo hace nuestra historia:
con cada momento.
Serán nuestras lenguas formando un nuevo idioma.
Yo pondré mi acento, y tú tus puntos y comas.
Tendrá un lenguaje no verbal, culto y rico;
y un vocabulario vasto para hablar, que sea dulce al oído.
Nadie lo entenderá.
Nadie más lo escuchará.
Y eso será nuestro orgullo.
Será nuestro, mi amor…
como eres mía, y yo soy tuyo.